Una lágrima solar
cae
al cerro “de
piedras preciosas”
rasgando
levemente el
lienzo brillante,
de
gotas de rocío
que
se deslizan
raudamente
por
el follaje.
Monte Albán despierta,
acariciado
por la brisa matutina.
La Montaña sagrada
emerge
de la tierra
lucen
palacios,
adoratorios,
conjuntos
monumentales,
y
tumbas.
Hay ayuno de poemas
en
la calzada del
verso.
Las palabras,
flotan
fracturadas
Letras duras,
siglos
de silencio,
historia
viva.
Llegan danzantes,
hombres
jaguar,
cautivos
,
no
bailan la zandunga
ni
flor de piña.
El ser humano es movimiento.
Un armadillo se esfuma
tras
gigantescos
cactus.
Los colibríes cantan
al
son de la melodía
que emiten
sus
plumajes multicolores.
Al mismo tiempo
murciélagos
de jade brillantes
se
desvanecen en el
atardecer
azul
cobalto,
que
resalta la hoz de
luna
en
el azuloso cielo
donde
pernoctarán
la
gente de las
nubes.
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