Amanece
Mientras
caen ingrávidas
Las
semillas a los surcos
Incertidumbre
de la vida.
Si
germinan o mueren,
Nadie
lo sabe!
Sopla
el viento sobre la humedad arena,
Lento
el sol se levanta;
Mientras
cantan los pájaros.
De
largo pasan los caballos;
Y
vuelan mariposas.
Canciones
de infancia
Se
empozan en el recuerdo
El
primer café de la mañana
Nuestra
madre que riega las plantas;
Los
pollos marchando tras su madre.
La
voz de mi padre
Recordando
cada cuarto de la casa
Nuestra
visión del mundo
Sobre
los amplios ventanales,
El
huerto de tomates;
Y
cebollas
Un
alto árbol de guayabas;
Olor
de trópico;
Sabía
Caribe
Olor
a panela y chocolate
Sobre
la amplia mesa.
Oigo
el canto del gallo
Que
llama a la faena;
Voy
con los recuerdos
Ellos
son memoria viva
Llama
de los sueños
Aunque
estamos muriendo.
Como
Faustos extraviados en el mundo
No
encontramos los caminos;
Y
el mal y la derrota
Nos
cerca ante la fragilidad de la vida.
Hay
una cabeza de Medusa en cada esquina.
la
calle huele a pólvora;
Como
noches de San Bartolomé.
Nuevos
Judas entregan inocentes
al
sacrificio; la tortura y la desaparición.
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