La tejedora de vida
César Molina Consuegra


La pintura está  justo al fondo

del salón central,

en la última esquina abismal.

 

Es el comienzo del unicornio

o el final del recorrido...

en realidad no importa

es la tejedora de vida!

En el cruce del tiempo.

 

Una mujer de mirada inmortal

absorta en el misterio de la vida

que surge unida e irrepetible

de su vientre de profetas,

la aguja que hila, es apenas el pretexto

la tela es el mundo complejo e irracional,

unidad de lo diverso...

y el parto no tiene final

uno y otro ser, naciendo eternamente

el llanto y luego la risa

y de nuevo el llanto

que nos va estremeciendo

y tenue la sangre

cayendo a la tierra fértil...

mientras esta amaneciendo..

Hay relámpagos en la Aurora.

 

Un fotógrafo

que retrata el cuadro..

unos camarógrafos que lo filman

una retinas vivaces

que frente a él

escrutan

y meditan...

un periodista mirándolo

escribe  unas notas..

En el libro infinito.

 

Por la ventana pasa un tren

Y sueñan las campanas;

la pintura cambia

en los contrastes de luz,

cada espectador grava

en él su propia mirada

única e irrepetible

eterna e inmortal

en su propia longitud de onda,

viajando en el tiempo;

mas allá de toda hojarasca...

y de pronto

desde el fondo

de la pintura

veo el bisonte de Altamira

que se mueve..

mirándome con ojos milenarios...

ahora recuerdo

que antes, él era sinónimo de vida

en el cuaternario…

cuando el fuego

robado a los dioses,

recién iluminaba

el fondo de nuestras cavernas...

Ahora la luz se apaga

Los pasos buscan el puente.