Cae en nuestra sombra la sombra
de
una hoja que no pudo ser mariposa.
Sobre la lumbre descongelamos
las
palabras que nos servirán
para
dialogar con la muerte.
Su fuego lame nuestras rosas acres,
divide
nuestras cenizas con su sacro beso.
Es amor morir y vivir su simulacro.
No le temas
a
la claustrofobia
del
féretro,
ni
al feto
de
tu eternidad.
Del libro inédito “Mínimo vital”.
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