Tierra prometida
Washington Daniel Gorosito Pérez


Cuerpos peregrinos avanzan,

cargan en sus mochilas

pesadillas y promesas vacías

vividas en

en sus patrias.

No sólo huyen de la pobreza

del hambre y la muerte;

huyen de pandillas, narcos y corrupción.

Sus cuerpos

como botellas tiradas al mar

cargan un mensaje de ayuda,

de vida o muerte.

Hoy cruzan por la arena

que ayer fuera un lago

lo testimonian fósiles marinos.

El sol salió en reversa

alumbra dolor y miseria

que los agobia paso a paso.

Alguien dice:

“No sigas ese pájaro negro”

caen plumas de vida y muerte.

Tierra sin nadie y de nadie

es cruzada por los “nadies

al decir de Eduardo Galeano.

 

Rocas grisáceas saladas

acompañadas de osamentas del desierto

que brillan como noctilucas

y

generan un leve murmullo

en quienes buscan refugio,

un hogar, paz

y

poder vivir,

no sobrevivir.

El frío nocturno azota los rostros

y

hiere los pies

que van a la frontera norte

guiados por los dioses

del destierro buscando llegar

a la “tierra prometida”

para pedir refugio

y

poder vivir,

no sobrevivir

como tristemente ha sido

hasta ahora.


* Este poema fue uno de los ganadores en el Concurso de relatos, poesía y fotografía “Espejismos”, un proyecto de la Universidad Complutense de Madrid para los refugiados y migrantes.