Permíteme ser aquel acompañante que anhelas tener,
aquel acompañante que siga aquellas huellas que dejas al pasar,
aquel acompañante que baila contigo esa danza otoñal
donde yo sea el árbol que aguanta la tempestad
y tú las hojas que bailan sin parar
Donde yo sea una planta marchita
y tú la cura de mi soledad.
Permíteme inclinar la cabeza ante tanta bondad
y baila conmigo ese vals
que casi nadie recuerda ya
y
juntos poner el punto final de
esta vida en soledad.
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