Hay un abismo
César Molina Consuegra


Hay un abismo que palpita 

Un universo como telaraña sedienta;

Que resuena adentro como un Binbang

De líquidos que escurre entre las piernas.

 

 

Una cintura de ébano que danza;

Senos erguidos que se alzan y desafían la gravedad sin apuros.

Mis manos que trazan tu espalda 

Y recorren las colinas de las nalgas alzadas que vibran de lujuria.

 

 

Una lengua que surca tus orejas

Y tu mano que atenaza abajo

El báculo que se desespereza

Entre las sombras y las luces.

 

Entra la carne en la carne;

Abriendo las puertas del infinito;

Tus ojos titilan y gimes

Como una radiación de fondo

Que bulle y gira en éxtasis.

 

Tu carne se abre sedienta

Y siente el primer espasmo del placer

Que viaja como corriente alterna

Sobre la piel en llamas.

 

Me abrazas y giras en torbellino

Sobre el mástil que erguido se levanta 

Y entra fiero una y otra vez

Sobre la braza ardiente de tu cuerpo

Que tiembla en paroxismo primigenio.

 

Sobre esta lluvia de luz;

Somos testimonio de la carne

Que canta a la vida sin mañana.

 

La Aurora está en nosotros

Y la ciudad en ruinas.