Cada
encuentro nuestro
Llenaba
de magia y de sueños
Mi vida
vacía.
Llegabas
al anochecer
Con tu
cuerpo cansado
Pero
pleno de deseos
Para
amar y ser amada.
Fuimos
dos amantes fugaces,
Etéreos,
noctámbulos
Que
entrelazados
Dejábamos
la vida
En unas
horas de ensueño.
No sé
si me querías
O yo te
quise.
En el
encanto de las horas
De cada
noche
Solo
murmuramos
Palabras
a medias
Seguidas
de silencios eternos
Y nunca
hablamos de amor.
Me haces
falta
Y no se
si eso sea amor,
Te
extraño en cada anochecer
Sabiendo
que no regresarás,
Pienso
que no fuiste real
Pero
persiste el perfume de tu cuerpo
En todo
el espacio compartido,
Y en
cada madrugada
Me
despido de tu recuerdo
Como la
última vez
Que con
un beso tierno
Y sin
palabras
Me
dijiste adiós.
|