Uno en el otro
César Molina Consuegra


Sin la ventana, va tu silueta y viene

En el viento de la tarde,

Vienes como una cometa de colores,

Entre las hojas mustias de la tarde.

Amplio el trasero alzado

Saluda el enigma de la vida.

Mis ojos te reflejan

Sobre el fondo del estero

Como silente pantera en celo.

Cae tu vientre como cascada de las olas

Eres un volcán semidormido que palpita,

A orillas del rio de mis pasiones.

Soplo de fuego sobre las olas

O luces finales del último incendio

Sobre tu cintura que baila

En paroxismo de luces y sombras.

La cama se partió en mil pedazos.

 

Sobre tu ombligo veo el meandro

De bellos y pliegues, triangulo supremo

De la carne y la lujuria.

Delta centro del todo y las partes,

Paraíso de mis sueños y batallas.

Húmedos tus pasos

Resuenan en la hierba,

Huele a lluvia y polen,

El viento trae tu aroma genésico

Mezclado con el olor de las rosas.

En la tarde que agoniza,

Huele a esperma.

Entonces llegas ingrávidas,

Al tacto llameante de mis manos

Te dibujo como arcilla que nace

Y tus senos se excitan

Al tacto que te crea y estimula,

Eres un ángel con el sol en tu cabellera.

En el filo de la pasión que hierve,

Como el paisaje de la tarde

Que cae sobre los cerros

Sabiendo que la lluvia es también semilla

Que solo espera

Su momento a flor de tierra.

Entre aullidos de fiera y hambre de segarnos

Vamos como fantasmas entre los árboles.

Entre ávidos besos que fallecen,

El amor se consuma, vela que navega

En el único callejón que va a la vida

Sobre la miasma de la ciudad que muere

Atrapada en las casas de cartón,

Entre el hambre la corrupción y la violencia.

Ahora se alza nuestro amor

Que muere en el orgasmo,

Como los remos vikingos

Cuando la nave naufraga.

La certeza de la lucha que prosigue,

Como testimonio ante tanta desdicha, abandono y soledad.

De espaldas a Catón.