Camino de Belén
María Velasco Rivera


La oscuridad de la noche

oculta la hora esperada,

del nacimiento de un niño

que el Arcángel anunciara.

 

Solo una estrella les guía

en esa noche encantada,

luz celestial que en Belén

ilumina su llegada.

 

María - Espera, mi bien, espera,

que aún no hallamos la posada

para que nazcas de Dios

cuando ya esté aposentada.

 

José - ¿Qué puedo hacer yo, María

si no encontramos posada?

¡No es esto lo que mereces

Virgen Santa Inmaculada!

 

A ti, que has concebido

al niño hijo de Dios

alguien te dará cobijo

para que estéis bien los dos.

 

María - José, no puedo esperar,

nos llega lo hora ansiada,

ya cumplí los nueve meses

desde que fuese anunciada.

 

 

José - ¡Mira, mi dulce María,

aquí yo veo un establo

con una mula y un buey;

por fin tenemos resguardo!

 

María - Pues será en este pesebre,

donde Dios quiere que nazca,

con humildad y pobreza,

como su destino marca.

 

José - Dices bien, Virgen María,

pero gloria nos aguarda

por esta Natividad

que es de tu ser alumbrada.

 

María - Hijo; tú que desbordas candor

en tu divino desnudo,

deslumbras ya como el sol

y has de iluminar el mundo.

 

José - Nuestra ternura y amor

que nos llega de lo alto

le aportará más calor

que si lo cubriese un manto.

 

María - Ya se durmió nuestro bien

y ya comienza a soñar,

que es la gloria del edén

y a todos quiere salvar.

 

José - ¡Despierta Jesús, despierta,

escucha el grato sonar

de celestiales campanas

que por ti quieren tocar !

 

María - Ya escucho sus dulces sones.

José, no se que pensar…;

tenemos ya tantos dones

que algo de ellos hay que dar.

 

José - El hijo que de Dios diste,

el mundo ha de celebrar;

es el fruto de tu vientre

que a todos vino a salvar.

 

María - No sé si es que estoy soñando

pero es que escucho un cantar

oigo ángeles que dicen:

“Gloria a Dios en las alturas

y al hombre en la tierra, Paz”

 

¡¡PAZ, PAZ, PAZ, PAZ!!

 

 

Maria Velasco Rivera

del poemario Fragmentos del Alma