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Son ellos los que
hablan silenciosamente, tu no dices nada, dejas que todo lo invente y me persiga la duda
criminal. Son ellos que
humedecen tus pestañas, desinfectando el llanto de tu alma que aconseja a la
penumbra y la soledad. Son ellos los que ocultan tus encantos misteriosos
e inmaculados, más de ellos tengo miedo. Son ellos que castigan
mi mente, la fuerza de voluntad
que poseo, el deseo de buscarte
entre millones de seres. Más ellos son únicos y
mediterráneos, opacan al color
de la noche, al cerrar sus puertas cierran el paso de lo
incierto. |
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