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Saliste a
caminar para ser más libre y alejarte de lo que te impide vivir sin esta
costumbre diaria, para ser tú mismo. En estas
circunstancias en las que la vida te ha enclaustrado te sumerges en la
naturaleza otoñal con sus colores ocres y cobrizos. Con el cambio de estación transformas
ideas, recuerdos que te pesan como fardos y los echas fuera. Te vas a otros
lugares donde se encuentran los sueños olvidados. Notas el palpitar de tu
corazón herido. Quieres vivir
las fantasías que vivieron D. Quijote y Sancho. detenerte en una posada para
tomar resuello y encontrar una nueva moza. En una
caminata hay que buscar lo pintoresco, lo que te eleva el ánimo, y el sosiego para
luego hallar la paz en la noche. A veces hay
que caminar en solitario, disfrutando el atardecer en la montaña o pisar las
piedras del camino a voluntad. En una ocasión te quitaste los zapatos en el río
y tiraste piedrecitas como un niño. Algunos que pasan
por tu lado se ríen o siguen su camino con la mochila pesada sobre sus hombros. En tu caminar
descubriste un paraje que te inspiró para escribir un poema y continuaste
caminado. Camina para
ser libre. |