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Queriendo querer,amando sin amar,Sherezade se dio cuenta que echaba de menos a su
amante de color.Tanto, que había caído en los brazos y dulces ojos de un extraño. Pero
su corazón sabía, sin certezas, sin argumentos, que desde el día que Ashmal aparecío en La Habana y le
invitó a bailar, su danza y la fusión de sus pieles hicieron inolvidable ese
momento y las ganas perennes que tenían el uno del otro |
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