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La sheriff literaria
os avisa de algo: publicar en una editorial relativamente decente es como ir al
baile de la Cenicienta. Solo hay un príncipe y, el resto de los invitados, son
todas las jóvenes del reino. Por tanto, si el príncipe se enamora de una, nadie
más baila.
¿Os
gusta esta solución? Supongo que quien es la elegida, entendiendo como elegida
tanto a escritores como escritoras, estará encantada. Pero ¿qué pasa con el
resto? ¿Os vais a quedar toda la vida escuchando música y viendo cómo baila una
sola pareja? Esta es mi opinión: poneos a bailar en soledad o en compañía.
Publicar,
el disfrute de las buenas obras, gracias a Internet ha dejado de ser un club
privado donde solo van los llamados. Es cierto que las obras de la red no pasan
por un filtro. Pero hay algunas obras publicadas que da la sensación de que
tampoco. No vamos a entretenernos en hablar de las editoriales de auto
publicación encubiertas: si les compras un número elevado de caros ejemplares,
te publican la obra. Por lo menos, las de auto publicación oficiales tienen un
punto más de honestidad, van de lo que van.
Yo,
después de mi experiencia con algunas editoriales que no son de auto
publicación, escojo la libertad al prestigio. Sí, el sello editorial nos da
mucho prestigio a los escritores, y también, muchos dolores de cabeza y, de vez
en cuando, enviar algún burofax o acabar en algún despacho de abogados
especializados en derechos de propiedad intelectual.
La
sheriff literaria
se pregunta: ¿tenemos las escritoras y escritores que
pagar un precio tan alto?
Nos
debemos plantear, después de tanto esfuerzo por escribir el libro, de las
expectativas y las ilusiones, ¿comemos prestigio?, ¿pagamos la electricidad con
prestigio? Tenemos que empezar a mirar nuestras obras como una faceta más de
nuestro trabajo, y no como algo sublime que inmolamos ante el gran sacerdocio
editorial.
Yo
no vivo de la auto publicación, pero algunas
facturillas pago con ella, cosa que no me ocurre con mis obras inmoladas ante
el altar de las infraestructuras de las editoriales. Estas acostumbran a pagar
el primer año, y luego ya se olvidan de ti, pero no de tu libro, lo que te
suele quitar el sueño.
Por
eso, la sheriff literaria os propone algo: lo primero y básico, escribir
calidad, por supuesto, si no, no hay auto publicación que valga; y luego, sed
vosotros y vosotras vuestros propios editores.
Para
ello, el primer paso es desmitificar vuestros libros. No debéis enamoraros de
ellos. En cuanto escribáis un libro, empezad a moverlo y a escribir otro.
Vosotros no sois vuestra novela o vuestro ensayo o poemario, sois vuestra obra.
Eso quiere decir que, si queréis alcanzar el éxito en este campo, debéis
escribir mucho. Un solo libro, por muy bueno que sea, no es el cenit ni el
éxito, sino un escalón. A menos que os pase lo mismo que a la Cenicienta y un
príncipe-editorial honesto se enamore de vosotros, el éxito es un camino largo
y lleno de desencantos, pero no tiene por qué ser difícil si mantenéis el
control. Si escribís bien y movéis bien vuestras obras lo podéis alcanzar. Lo
que convierte a ese camino en tortuoso es perder ese control, esas firmas donde
entregáis los derechos digitales o los derechos de traducción.
Desde
aquí, la sheriff literaria, después de destilar un
poco de su veneno y de su desencanto, se despide hasta la próxima.
Otro
día os contaré mi experiencia en Amazon.
La sheriff literaria |
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